lunes, 13 de mayo de 2019

Eres

ERES la mujer precisa,
el preciado tiempo de cualquier instante
todavía, aquella mujer de hace unos años
donde Ser, (en femenino) era difícil
en un mundo con ciudades profanadas
por viejas costumbres.

La mujer que me trajo la poesía
en cada beso
y algún sueño adolescente,
aquella a la que perseguir asiduamente
como a una ola de juventud
con la sangre sublimada en todos los latidos.

El anillo al dedo que se ajusta
impecable, y las alas que fueron necesarias
en aquellos años, donde carecimos de importancia
algunas veces. Eran otros tiempos.
Quizá te recuerdes aún
como aquella madre insospechada
que sobornó al viejo cancerbero de celo irreductible
hasta hacerlo sonreír (con-descendencia).
Yo nunca supe.

Eres todos los tiempos difíciles,
todos los años atrapados,
la geometría de todas las experiencias.
Aquella joven de bañador a rayas
—negras y amarillas—
la abeja reina de todos los panales
que soñaba ser maestra.

Nadie, sabe como nosotros
de aquellos sueños favoritos, enredados
entre abrazos perpetuos de juventud clandestina,
clavadas fijamente en el corazón las pupilas
y algún rubor en las mejillas:
Acaso el arrayán cristalizado.

Eres el reto constante
de cualquier hazaña,
el paradigma de todos los intentos por vivir,
los abrazos tantas veces necesarios.
Aquella mujer que se hizo niña
para escribir un cuento,
la Campanilla de Peter Pan en cualquier escuela,
la Emperatriz de todas mis fantasías
en esta torre de marfil.

Y el allí donde perderme
en cualquier viaje sin equipaje
el resto de mi existencia.