domingo, 31 de diciembre de 2017

A veces muere la poesía...

Tantos versos
agolpados en la memoria,
tantas runas esperando
un chamán capaz de interpretarlas,
poniendo en orden su rima.

Vomitar un poema
casi se hace indispensable,
no por el hecho de ordenar los sentimientos,
sino por la ausencia de los mismos
y la turbación que ello causa.

Quién no ha escrito un verso
como antesala de un sollozo
que sin saberlo se convierte en poesía,
quién no ha llorado tinta
mientras el corazón le dolía.

Tener tantos versos
agolpados en la memoria,
que el espacio y el tiempo
se funden en uno,
incapaces de ser más que un instante pasajero.

Ese instante donde el puño
aprieta con desdén la pluma
ajusticiando el momento,
y entonces muere un poema entre las manos
desangrado sobre el lienzo de la vida.

Esa vida que se torna caprichosa
haciendo del destino un "ya veremos"
y asfixia el pulso y el alma,
dejando morir los versos sin llegar a ser
ese "quizás" que nos salve la existencia.

A veces,
la poesía muere
ahogada por el puño del destino.




sábado, 23 de diciembre de 2017

Preguntas...



Cómo se añora la vida

cuando huidiza se escapa,

cómo se recupera el tiempo

cuando este se malgasta,

cómo cierran las heridas

cuando infectadas te sangran,

cómo se abraza el amor

cuando el amor es la nada,

cómo se nace de nuevo

cuando se te muere el alma…



jueves, 21 de diciembre de 2017

Estrellas compartidas...

Hoy he vuelto una vez más
al hayedo que nos desnudó los sueños,
sigue aquí, impasible al tiempo.

Muestra aún las marcas tatuadas
en cada tronco profanado,
y huelen todavía los besos cobijados
entre sus hojas perennes.

Se perfuma el aire de tomillo y brezo,
que se mezcla con el jazmín de tu recuerdo,
mientras ceden mis pasos vacilantes.

Hoy es el ayer de abrazos infinitos,
de miradas a un cielo encendido
en busca de una estrella compartida
para morir algún día.

He regresado a buscarte
para decir una vez más que te quiero,
y me he tatuado en las arrugas
el perfil indeleble de tus ojos.

En este viejo tronco retorcido
ha de vivir eternamente,
cautivo de una piel que ya no siente.

Ves amor;
nuestra estrella sigue allí,
donde un día la pusimos
para ser retiro eterno.

He vuelto para mirarla una vez más,
para decirla que voy,
que deje encendida su estela
y así encontrar el camino,
que se van agotando el tiempo y la vida.




lunes, 18 de diciembre de 2017

Alza el vuelo la mirada...



Alza el vuelo
la mirada
para regresar
a su nido.


Es ya casi frío
tu nombre,
entre amaneceres
perdido.


Y es lejanía
tu aliento,
que se respira
en olvido.




                                                                                                                                                                                        Fografía google.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Frío...

Cuanta escarcha

haciendo invierno

en el tallo que nos queda,

y que lejos,

                    Tú, Yo

                                y la primavera...