domingo, 29 de diciembre de 2019

Esther

“Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.”

Jaime Gil de Biedma.


Llega el día, y
queda el tiempo —desordenado—
para hilvanar (si cabe) las costuras,
la deuda pendiente con la vida
y alguna cicatriz que fue destino.

Retomar el lienzo abandonado
y esparcir en él
el alma, la magia del instante,
el color de la sonrisa
sin premura.

Olvidar los años que ya son pasado
y abrazar un bosque en la mirada,
gritar al eco tus seis letras
como un pájaro en la lluvia,
sin miedo al horizonte.

Sentir los sueños aún más cerca
al roce de tus dedos,
porque nada acaba aquí
y otros retos se avivan
desde dentro,
como olas que emergen indomables.

Recuerda sin más,
que siempre seguirán allí
las huellas por donde pisaste,
el viejo pasillo,
la perpetua memoria de los ausentes,
y aquél café de dos minutos
donde tú y yo —alguna vez— 
también le pusimos
un sorbo de luz al infinito.





martes, 10 de diciembre de 2019

Pájaros de lluvia

Como Billie Holiday
estos domingos sombríos
a los que escupir
mis horas de sueño
solo son pájaros de lluvia
camuflados
en brunas melodías del invierno:

Nunca tuvo el jazz
flores tan blancas.