jueves, 20 de febrero de 2014

Aversión a los relojes...

Siempre he pensado que la tarea docente está preñada de responsabilidad. De lo que hacen en las aulas los Maestros y Profesores dependerán muchas vivencias y conllevarán muchas consecuencias en el futuro del alumnado.

Daniel Pennac dice en su libro "Mal de Escuela".

"A mi me salvaron la vida tres profesores que tenían una característica común: nunca soltaban a su presa". 

No dice que le salvaron una asignatura o un curso, sino la vida. Hay otros sin embargo que han destruido con su comportamiento la mente y el corazón de sus alumnos....


Una historia real.


Cuando era muy pequeña, con sólo 6 o 7 años de edad, la profesora del primer año, cuyo nombre nunca olvidaré nos había enseñado a leer la hora en relojes analógicos. Para ello utilizaba un gran reloj de madera con punteros movibles que iba cambiando con  cada alumna, preguntando:


  • ¿Qué hora es?...
Cuando llegó mi turno (yo aún no había logrado comprender el proceso de suma de cinco en cinco minutos que debe realizarse para determinar los minutos) sólo podía percibir el puntero que señalaba la hora. Por eso mi respuesta fue indicar sólo la hora del reloj, sin los minutos. Entonces colocó el gran reloj delante de mi cara y me dijo:

  • ¿Qué hora es?...
Comprendí que estaba equivocada en la respuesta y no supe qué decir... Siendo la primera de la clase que no pudo leer la hora con sus minutos, tomó mi cabeza con una mano y poniendo el reloj contra la otra delante de mi cara, me dijo:

  • Pero, ¿¡cómo no puede decirme que hora es!?...
Enfocando con su mano mi cara hacia el reloj, insistía con tono violento:

  • ¿Qué hora es?, ¡dígame!... ¿¡es usted tonta!?...
En ese momento algo hizo "click" en mi cerebro y enmudecí, no lograba articular palabra, no podía hablar y sentía una gran angustia, como si hubiese hecho algo malo...

Entonces me ubicó delante del curso y ante todas mis compañeras me ridiculizó, diciendo que yo era una niña tonta, porque no sabía algo tan sencillo como leer la hora... Mis compañeras no se rieron, pues estaban tan asustadas como yo con el tono de voz que la profesora utilizaba... Tal vez pensando qué sería de ellas cuando les tocase el turno. Como aun así no obtuvo respuesta de mí y permanecí en silencio, me indicó que me pusiera en un rincón del aula y viera cómo lo hacían mis compañeras hasta que lo aprendiera y que si no aprendía estaría toda la mañana de pie...

Y así fue. Estuve toda la mañana de pie en un rincón, hasta que tocaron el timbre de salida de clase... Mis compañeras estaban entre divertidas y asustadas, pero ninguna hizo ningún comentario delante de mí. Sin embargo yo podía ver cómo la profesora me ignoraba desde su pupitre y cada vez que podía hacía alusión a mi falta de aprendizaje con expresiones de desprecio, tales como (dirigiéndose a otra compañera):

  • Muy bien... no como "otras" (me miraba), que no pueden leer algo tan fácil.
En esa situación quedamos al final de la clase tres alumnas, según ella las tres más flojas y entre nosotras nos mirábamos aterradas ante el temor de que nos volviera a preguntar la hora, lo que hacía a cada rato. Cuando salí de clase y me encontré con mi madre, rompí a llorar por la presión de la experiencia y una compañera tan pequeña como yo, le comentó a mi madre lo sucedido mientras me acariciaba el cabello diciéndome que la profesora era mala. Mi madre le contó a mi padre lo sucedido y estos a su vez se lo contaron a los padres de las otras dos compañeras.

Al día siguiente mis padres y los de las otras dos niñas pusieron una queja en dirección y parece que sancionaron a la profesora... pero el daño ya estaba hecho y cuando a los doce años me regalaron un bello reloj de pulsera por mi cumpleaños, el pobre se quedó encerrado en su caja, nunca fue usado. Todos los relojes que me han regalado a lo largo de mi vida han tenido el mismo destino...

Después de esta experiencia, nunca he usado reloj y cuando quiero saber la hora la pregunto...

 
Miguel Angel Santos Guerra.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Recopilando XIII



Amores apasionados,

añoranzas renegridas,

vida-amor, amor-vida

corazones engañados.



Sexo, carne, desnudez,

vida, esperanza, vejez.

Todo es lícito en el amor

mas que difícil querer.



Fuera del mundo amanecen

mil soles alborotados,

extraños mundos florecen

en un jardín atrapados.


***

Las personas comprendemos que amamos cuando sentimos que alguien tiene el poder de herirnos.


***

...llegado el momento descubrió que aun teniendo el cuerpo más pequeño, tenía el corazón más grande.

***


Tengo el don de soñarte, sin necesidad de cerrar los ojos.


***


«No temas, estoy a tu lado», le dijo él haciéndola de menos. «No te confundas, que estás en el lado equivocado», le corrigió ella.


***


Al final del cuento, la bruja besó al sapo y el príncipe se hizo amigo del dragón. La princesa quedó en el olvido de todos.



***


Detrás de la máscara podía adivinarse, sin mucha clarividencia, la misma angustia y el mismo padecimiento. Y es que en este mundo no existe quizá la dicha, sino momentos felices.


***


Jugó a ser bailarín en un ballet compuesto por corazones rotos, aquellos que él mismo había destrozado...


***


Si pierdes de vista tus miedos caerás preso de pánico ante tus realidades...


***


Para vencer al miedo hace falta haberlo visto, oído y olido.


***


Lágrimas vertidas en frases de deseo, deseos no cumplidos esparcidos por sus mejillas de tanto llorar tu ausencia.




***


Romper las cadenas que amordazan mi vida subyugándome a una rutina que me lacera las entrañas...


***


Solos tú y yo, el viento y las estrellas, entonces haremos un universo de nuestro mundo...


***


Encadenó las mariposas de su estómago, pues su sutil aleteo era lo que la mantenía con vida. 



***


Mi soledad es mi palacio, allí tengo mi silla, mi mesa, mi cama, mi viento y mi sol.


***


La poesía es mi navío, cuando ya no sé qué hacer me embarco y despliego las gavias...


***


Cuando cerraba los ojos sólo existía soledad y vacío....


***

Tenía tanta sed de ella como agua llevaba el río, pero aquel año hubo una terrible sequía.


***

Por fin en su cabeza amaneció la primavera después de un frío invierno impregnado en deseos...el amor había regresado.



***

Le enseñó a descubrir el mundo y ahora recorre el universo en solitario.


***


Pensé que serias diferente, pero bueno, suelo pensar mucho...


***

La paz como utopía.

Soñé con un mundo en el que los hombres no tuvieran brazos... pero llevaban cuchillos en los dientes. 





***


Manos presas en deseos, cuerpos candentes como volcanes en constante erupción...


***

Si no la besas no sabrás a que sabe su alma...


***


A veces no podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza … pero de nosotros depende que no hagan nido en ella.


***


La sangre corría por sus venas en forma de cuerpo de mujer, aquella con la que anhelaba fundirse...



***



Pequeño, nervioso,

llegaste a este mundo,

dentro de un amor profundo

te desenvolvías perezoso.



Como cauteloso,

miraste un segundo

un país moribundo,

y te dormiste penoso.


***