Había algo en su mirada que me
indicaba que no eran felices.... Habíamos quedado esa tarde, hacía ya más de un año que no nos veíamos, Jorge y Carmen dos de mis mejores amigos, dos
entusiastas de la vida, dos revolucionarios en potencia.
Enseguida supe que algo no iba
bien, su mirada perdida, sus gestos vacíos y su intrascendente conversación
eran indicativos de que simplemente estaban esquivando los trazos de nuestra
conversación. Se miraban mutuamente a si mismos como queriendo reprocharse algo
mutuamente, quizá buscando una excusa para encontrar una respuesta que nunca
encontrarían en ellos mismos.
¿Cómo puede hacernos esto la vida
Luis?
La pregunta me abofeteo en el
mismo instante que fui capaz de procesarla. Jorge licenciado en Ingeniería
Industrial y Carmen, una de las mejores
Informáticas que haya conocido me acababan de insinuar que la vida no era justa
con ellos.
Hasta donde yo sabía los dos
tenían trabajo estable y una buena posición social, todo esto además lo
refrendadaba el Audi A6 en el que habían llegado a la cafetería donde estábamos
tomado un café, que yo daba por supuesto iban a pagar ellos.
Vamos a ser padres.
Ahora si que me he perdido algo,
¿quizás no querían?.
Nos acaban de despedir...., a los
dos.
Los ojos se me salían de las órbitas,
creo que mi expresión en ese momento fue como la de quién quiere que se le
trague la tierra para no salir de allí en una buena temporada.
¿Cómo a los dos?.
¡Joder!, a los dos.
Se me paso por la cabeza darles ánimo,
decirles que siendo ellos unos emprendedores revolucionarios con estudios y
todas esas mandangas…. como si fuera yo a conseguir solucionar la vorágine de problemas
que seguramente estuvieran mascullando.
La hipoteca, el coche, y el niño
solo eran la punta del iceberg que acaba de asomar en el horizonte de mis
amigos. El problema, el verdadero problema es que a día de hoy la solución estaba lejos de ser una realidad.
Si esto hubiera sucedido antes…..
Carmen, miro a Jorge como reprochándole la frase.
Lo cierto es que había algo entre
ellos que quizá se estuviera quebrando y es que la situación además había
conseguido resquebrajar uno de los vínculos más fuertes que yo conocía.
Lo dice por el niño, cree que
sino estuviera embarazada nos podríamos haber marchado a algún sitio, pero lo
cierto es que en esta situación ahora mismo es imposible.
Salí de la cafetería después de
un par de horas conversando con dos de las personas más luchadoras que yo haya
conocido y me fui con la plena certeza que jamás volverían a ser los de antes.
Tuve el convencimiento que la
“Crisis” esta palabra que habitualmente banalizamos en los mentideros
cotidianos iba a acabar no solo con la economía y la posición de mis dos
amigos, sino que también acabaría con su relación.
Ayer, recibí un sms………. “Luis; Jorge y yo nos vamos a separar,
gracias por todo”.