sábado, 10 de agosto de 2019

La fuente

                                                                                                                        A San Juan de Baños.



Tres testigos guardan
la serena huella del viajero,
la callada mirada —no lejos de la noche—
del que torna a beber y se refleja
en las aguas cristalinas
de otro tiempo.

Agua
que abraza la vida
y la ausencia del que se fue,
dejando huérfano el paisaje en su curso.

Manantial
que guarda la eternidad del tiempo
en sus entrañas,
melodía incesante con aroma a pueblo
y rumor sereno,
vómito de historia recurrente
en cada piedra.

Abrevadero del viento,
arca de sudor y lágrimas.
Fe heredada.

La fuente,     sí,
la fuente,
antigua terma romana,
leyenda de un Rey,
alivio del cuerpo, bálsamo del alma.

Piedra,              agua
olor a campo,
canto eterno de cigarra.
Arpa de silencio
que pocas veces calla.

Aquí están sus ojos.
Su pétrea mirada tallada en el tiempo,
recortando en la luz la silueta de los ausentes;
pasado y presente, se citan bajos los nombres,
mientras su lengua de agua
recita el poema infinito
que brota de su garganta.

Recuerda, viajero,
cuando te vayas;
que si ha de morir algún día,
nunca debes olvidarla.





viernes, 2 de agosto de 2019

Cuando duele


Me dijiste

que las lágrimas

son viento

donde esperar

contigo

que pase la tormenta

pero

yo

me destruyo

en cada suspiro

esperando un rayo de sol

en nuestra cama

vacía

y

maldigo al amor

cuando

duele…