sábado, 25 de noviembre de 2017

Dormir en la habitación del miedo...

Una vez más
esperará la soledad,
como cada noche.

Para acudir
a la cueva del averno
que la extingue.

Para llorar
a oscuras los miedos,
para morderse los labios.

Gritar en silencio,
rasgarse el pecho
en cada lágrima.

Acordarse
de los días de sol
y la brisa en las mejillas,
cabalgando las fantasías
acurrucada en sus ojos.

La sal de las lágrimas,
espolea su odio
en cada surco de piel
lacerada con cada golpe.

Vomita,
como cada noche,
arrastrando los pasos
hacia un lecho repugnante.

Abrazarse a la almohada,
es un escudo de papel
indigno para una princesa
rota.

Roza levemente
el extremo del pánico
que habita a su lado
y suspira...
de momento el ogro duerme.

                                                                                                                                                                Fotografía extraída de Google.




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