Te has fijado como caen las hojas de los árboles,
lo hacen acariciando el aire
que las llevará donde nunca quisieron,
saboreando cada segundo
antes de abrazar la muerte definitivamente.
Así mueren mis ojos lentamente
con el paso de los días,
acariciando los recuerdos olvidados
que huyen de la memoria,
incapaces de viajar conmigo.
Se funden con la tierra en un abrazo
que no es morir realmente,
sino nacer a otra vida diferente,
a otro mirar distinto,
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