viernes, 25 de octubre de 2019

Reflejos

No hay nada

más agotador que la duda,

la piel adormecida,

la rabia del sonido en los labios

—lo llaman suspiro—

o la curvatura del vidrio en el silencio

que te refleja.


Nada;

cuando eres acto involuntario,

parte cóncava y convexa

de la imagen que se desvanece;

el otro lado del espejo.






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