miércoles, 1 de enero de 2020

Man

Te voy a decir una cosa Man:
quizás te creas
el ombligo de Zeus,
o la espada de Damocles
suspendida
sobre el pecho de Afrodita.
Puede, que en tu estulticia,
te sientas la cloaca de la culebra
defecando sobre la puta
por cobrarte sus servicios,
la cornamenta del macho,
el puño justiciero 
que se alza de baba.
Quizás lo creas:
pero solo eres 
una calle sin luces
haciéndose sombra a sí mismo,
y te falta
ese milímetro de horizonte
al que llamas conciencia,
“yo lo llamo cerebro”.
Escucha Man:
ningún “dios”  tuvo jamás
la polla larga,
el corazón bruno,
ni la boca zafia… 


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