Regreso del recuerdo,
donde el aire
huele a dieciocho
como entonces:
un simple paseo
bajo un cielo que abraza
el perfume del mar, de azahar
mis huellas,
igual que entonces.
Pero treinta y siete años
más tarde
la vida, guarda la distancia
entre aquellos pies
indecisos
de poeta
y una maleta repleta de
versos
sin fecha.
Aun así, la piel
se estremece ante el dulzor
del aroma
como entonces,
y la brisa
que no se detiene ante el
tiempo
hace sus cuentas
siempre con sabor a verano,
como cuando me asomaba a tus
ojos
y escribía el futuro al
margen de un poema:
el nuestro.
Que la vida, —a veces—
está llena de notas al
margen;
de incontables márgenes
vacíos.
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