lunes, 16 de junio de 2014

La vida y alguna parada...


  • Tengo nueve meses de gestación, estoy esperando que se abra el camino...
  • Los humanos solemos llorar al nacer.
  • Primer año de vida, primeros pasos en solitario, en la vida muchos pasos se dan en solitario.
  • Cinco años, el colegio es una casa grande donde hay juguetes y una señora que no es mi madre y dice lo que hay que hacer.
  • A los diez años ya se leer, ahora ya no se lee, hay unas máquinas que absorben el tiempo como un huracán furioso.
  • Tengo quince años, creo que me he enamorado de una chica, pero no la quedan bien los pantalones, "lo pensaré".
  • Dios no existe, yo soy Dios, tengo 20 años, de ahí para abajo son unos niñatos sin experiencia, de ahí para arriba abundan los viejales babosos que creen saber de todo.
  • Veinticinco, por fin lo sé todo de la vida, tengo un título firmado por alguien que entiende de esto y que lo ratifica. Vivo en una casa con barra y colegas... por la noche duermo en otra, allí está mi madre.
  • Voy a mi casa de por el día algo menos, tengo la suerte de trabajar y esto me impide a mis treinta años estar mucho con mi familia, tengo una colega... mi madre sigue teniendo una cama para mí.
  • Treinta y cinco, vivo con la colega, y tenemos un hijo... ya no voy tanto a mi casa con barra de por el día, ahora tengo una casa para la colega y para mí.
  • El niño ha crecido y me relajo algo, tengo cuarenta años y quiero recuperar algo de tiempo...
  • Ayer fui a mi casa con barra... una adolescente de 20 me miraba como si fuera un baboso, tengo cuarenta y cinco años. A esa edad eres un baboso sin derecho a apreciar las cosas bellas en silencio, sin derecho a tener una casa con barra, me acordé cuando yo pensé eso mismo.
  • Cincuenta, me revelo contra mi mismo... no es justo nadie puede pensar que no puedo, que el tiempo está agotado para mí. Mi hijo no pone buena cara si voy a la misma casa con barra que él, ¿que coño le pasa?.
  • He decidido hacer deporte, ahora se hace mucho deporte y los cincuenta y cinco pueden parecer cincuenta y cuatro. Voy a dejar de usar bañador corto en la playa... "parezco un baboso".
  • Sesenta, ayer oí decir que en esta edad ya no se rinde como antes, pero yo me veo estupendo, creo que puedo rendir al máximo. El bañador de pata tampoco está tan mal.
  • Ya no tengo que trabajar más, a los sesenta y cinco uno se tiene que dedicar a disfrutar de la vida... No puedes beber mucho, ni usar bañador, ni ir a las casas con barra y mirar a las chicas de 20, ni comer grasas, ni... pero puedes apuntarte al club de los 60 y viajar... "¡uf! el club de los 60".
  • Setenta, conozco Benidorm como la palma de mi mano, no me gusta, echo de menos mi casa con barra de siempre pero allí soy un proscrito, un ocupa del espacio reservado a los que como yo un día pensaron que eran Dios.
  • Hoy hubiera cumplido setenta y cinco..... mucha gente no llega a esta edad y los que la superan ya no frecuentan casas con barra, ni tienen madre... incluso aún teniendo, tampoco tienen hijos...
  • Alguien llora..... y en esta ocasión no soy yo, los humanos no lloramos al morir.
Edades proscritas, niños, jóvenes y viejos que reclaman espacios, sin apreciar que el espacio es la vida en si misma...





No hay comentarios: