lunes, 28 de mayo de 2018

AHORA SALGAN AHÍ Y MATEN A UN POETA…


A veces
muere la poesía
ahogada por el puño del  desatino

A veces, simplemente lo que se desangra hasta morir, es una sociedad que pierde el rumbo, o simplemente que no es capaz de racionalizar con sensatez las andanadas que sistemáticamente “como en todas las guerras”, hacen aquellos que solo ven su causa como la única medicina para cortar la hemorragia.
Digamos que la libertad de expresión, derecho irrefutable y paralelo a mi modo de entender a otros muchos como, la VIDA, “acabo de equiparar el derecho a la vida al de libertad de expresión” “espero que alguno de ustedes ya haya sentido un espasmo en su centro encefálico” y si no es así, entonces sí creo que definitivamente la sociedad está en sus últimos estertores. Decía, que la libertad de expresión es equiparable a otros muchos derechos, por supuesto y creo firmemente en que todos esos derechos que nos hemos ido ganando como sociedad adulta, no pueden verse ahora manoseados, retorcidos, vilipendiados en aras de un nuevo populismo radical.
La libertad de expresión no lo es todo, si no conlleva el respeto y la sensatez en su mensaje, palabras que han de llevar sin duda a una reflexión por parte del oyente, y nunca a la radicalización de sus sentimientos.
Cuando Lorca, gritaba en un poema la injustica social, cuando se sumía en el más absoluto desasosiego para plasmarlo en una cuartilla con las más hermosas palabras que de su dolido corazón manaban, mientras intuía su destino a manos de aquellos  que le iban a robar la palabra… dudo por un instante que a modo de Valtonyc de tres al cuarto hubiera escrito “ahora salgan ahí y maten a un guardia civil”.
Ellos, aquellos, de los que nos hemos de diferenciar, sí salieron y mataron a un poeta.
Creo firmemente que  la vida debe estar por encima de todas las formas de libertad, y si no es así entonces la liberad no existe.

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