Nombramos en exceso la palabra ABISMO
sin haber rondado apenas uno.
JORGE M. MOLINERO
Es cierto, sí.
Me escudo a menudo
en la palabra ABISMO
para dar nombre al
vómito de la incertidumbre
que atenaza algún
instante,
allí donde la vida
se excluye del latido,
y la razón
no atiende a promesas
ni polos opuestos —atrayéndose—.
Ni siquiera a futuros
posibles
después de la tormenta
aunque de ella, surja
otro sol en forma de poema
y despeje el horizonte.
Quizá, doy por perdido
frecuentemente
aquello que no he
ganado,
de tanto mirar al vacío
en busca de algún dios
inexistente,
(ahora sé)…
Jorge lleva razón. Sí,
seguramente he rondado
más
momentos morrocotudos.