No quiero más hogar
que un abrazo
bajo el telón de tus
estrellas
y algún beso para refugiarme
de la lluvia,
caminar —juntos—
por el patio de los
recuerdos
mientras esperamos el
amanecer
como la primera vez,
desnudos en la cara oculta
de la luna.
Disfrazar los años
detrás de cada arruga en un
instante
y hacerme cometa en tus
manos.
Ser la memoria de la piel
en cada surco que traza el
tiempo,
y volar.
Volar contigo,
más allá de la existencia.
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