martes, 17 de julio de 2018

53.


A cuatro días de tu cielo
se hace fango el poso
que me queda,
y renuncio
-definitivamente-
al tiempo pasado
que fuera torrente
horadando los huecos de la vida.


No hay luz
reflejándose en el fondo de esta copa
con la que hoy brindo al vacío
haciendo soledad el instante,
ni siquiera
una lágrima que brote
y deshaga el hielo,
solo un suspiro póstumo
desenmascarando las espinas del silencio.


Aun así brindo
por esta coincidencia
que une tu estrella a mi ocaso
ahogando de un trago la agonía,
sin más pretensión
que ser testigo de tu éxtasis
y reo de mi memoria.




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