domingo, 29 de julio de 2018

Amaneces


Amaneces

con tu abrazo en mi espalda

y la piel de un beso

horadando mi sonrisa

para despertarme

                de las horas muertas;

acariciar así el alba

de los amantes pasajeros,

la línea del horizonte

                                 -incierto-

de los sueños que se viven.


Hay un edén efímero

en la luz insustituible de una mirada

que se hace huella en el recuerdo,

como las viejas pasiones

veraniegas

donde reposan para siempre

las caricias prometidas, los labios que se buscan

y las sonrisas ausentes de los enamorados.




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